viernes, 24 de enero de 2014

Ciudad imposible...

Érodos era una ciudad curiosa, situada en los límites de los Desechos. Estaba rodeada de un muro alto como las nubes, del que nadie nunca había escapado. Cada semana más o menos se tenía que reconstruir la ciudad, lo cual suponía un gran esfuerzo por parte de sus habitantes. Edificios de plásticos diversos, barquitos de tapones con bastoncillos de orejas como remos y grandes cementerios metidos en botecillos de nueces eran sólo el principio de Érodos, la ciudad cambiante. Lo único que no se movía de su sitio era la muralla, siempre quieta, imponentemente. Lo más curioso de Érodos, sin duda alguna, era que todos los gigantes tenían una ciudad Érodos en sus terribles países de Desechos. Sin embargo, los torpes gigantes nunca se daban cuenta de que la ciudad cambiante existía y estaba en sus respectivas casas.


Y la pregunta que yo te hago es...¿Quiénes son los gigantes?

2 comentarios:

  1. Buff... me ha encantado. De lo mejor que te he leído, chica, como mejoras: era un ejercicio difícil, aunque a mí me gusta retaros. Y vaya que si lo has llevado bien, muy por encima de mis expectativas. Los barquitos y las nueces son hallazgos deliciosos.
    Me pasa a veces leyendo tus cosas que dudo de que una chica tan joven pueda querer decir cosas tan profundas. La ciudad de Érodos ¿verdad? me recuerda a todos los pequeños basureros que tenemos en casa. Somos como gigantes, Elena, coleccionando cosas inservibles, juntando desechos, como si estuviésemos todos afectados de un extraño síndrome de Diógenes (si no sabes en qué consiste, búscalo, es una enfermedad que dice mucho de los seres humanos). Dime... ¿somos nosotros los gigantes torpes?

    Gracias por hacer que esta humilde profe se sienta orgullosa : ). Y disfruta, siempre disfruta: el don de la palabra es un tesoro precioso. Italo Calvino: las ciudades invisibles. Es un libro aún difícil para ti, pero déjalo apuntado porque te encantará. En fin, un abrazo, reina, en verdad da mucho gusto leer estas maravillas. Dale recuerdos a tu padre, me encantó saludarlo.
    Te veo el lunes!

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    1. ¡Sí, Luz, jaja, eran los humanos, enhorabuena! La verdad es que no esperaba que nadie entendiese la pregunta... ¡Muchísimas gracias por todo!

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