Me encantó este pequeño nanorrelato, que me hace pensar en que las grandes empresas acaban ocupándolo todo, como una inmensa tela de araña. Y también lo triste que es un mundo en el que todo está en venta. Pobre mesa! Y pobre árbol! Un besito, Elena.
Me encantó este pequeño nanorrelato, que me hace pensar en que las grandes empresas acaban ocupándolo todo, como una inmensa tela de araña. Y también lo triste que es un mundo en el que todo está en venta. Pobre mesa! Y pobre árbol!
ResponderEliminarUn besito, Elena.
¡Anda, gracias! Pero este ya lo conocías de esa redacción...¿No?
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